24 septiembre 2006

Accidentada realidad

Procedo a comentarles sobre mis accidentes acá en San Luís. Como saben, suelo golpearme o cortarme o caerme con frecuencia, y México no podía ser la excepción.

Estaba yo trabajando en el taller de metales para hacerme un tornito para cerámica para el ramo de pétreos, y procedía a cortar una barra metálica con la guillotina para metales. El filo de la guillotina no estaba cerca de mi cara en absoluto. Yo tomé el brazo de la guillotina, y la tiraba hacia abajo para cortar, cuando cortó, se me vino la palanca encima de golpe. No tuve espacio para hecharme para atrás porque había una mesa, asi que me di con el mango en plena cabeza.

No me dió para chichón, pero si me corté con el golpe. Asi que mucha sangre por todas partes y muchas caras de "pobre niñita, ¿que te pasó?" Me curaron y me pusieron unos parchecitos porque no daba para puntos. Pero tengo flor de parche en la mitad de la frente, que no es precisamente discreto. Asi que en vista que he tenido que explicar la historia mil veces a los lugareños de acá... supongo que valía la pena contarsela a las amistades lejanas.


Asi que como ya saben la historia... les va el motivo por el cual he tenido que repetirla. El hermoso parche sobre mi tercer ojo.

1 comentario:

Srta. Lepidóptera dijo...

ajajajaja pucha mujer... tu lo haz dicho: México no podía ser la excepción.

Tu cara de psicópata feliz con un poarche en la frente es de antología.
Tal vez deberías considerar el uso temporal de una discreta y efectiva chasquilla
jajajaa

Saludos mujer
Y cuidese!!!!