18 septiembre 2006

INTRODUCCIÓN CULINARIA

La comida es un gran tema en la vida… o por lo menos para mí lo es. Es cierto que todo lugar tiene su comida típica o característica, pero acá en México es un tema muy amplio y picante. Siento que debería entender un poco más de la comida mexicana para contarles… pero es bueno empezar con la vaga impresión que tengo al culminar mi tercera semana de experimentación.

Como todos sabemos o sospechamos… los mexicanos comen mucho ají, o chile como le llaman aquí. De muchos tipos, sabores y tamaños. Mezclados con las más variadas combinaciones de alimentos. Es más, el dulce de tamarindo no es dulce, es picante. Y lo venden como golosina junto con chocolates y galletas aparentemente inofensivos.

Todo es picante, básicamente porque todo lo mezclan con algún tipo de salsa. Los aliños son parte importante de la cocina mexicana. En cualquier sucucho venden comida envuelta en algún tipo de tortilla y llenan las mesas con por lo menos 5 tipos de salsa distintos. Todos se jactan de la salsa que prepara su madre o su abuela y no pueden comer un paquete de papas fritas sin echarle un kilo de salsa tabasco y limón.

Debo reconocer que el limón es un aderezo que siempre me ha gustado. Especialmente acá, donde el limón común es el limón de pica, y el limón amarillo que conocemos todos, se le llama lima. Es mucho más sabroso el limón de pica… y poder usarlo a destajo es un placer. Que quieren que les diga… papas fritas de bolsa con limón de pica: ñiam!

Como acá todo se come con salsa… al comprar una gringa (tortilla con queso) y verse en el apuro de tener aliñar tu bocado caliente, el limón de pica ha sido mi solución. Si bien jamás habría intentado aliñar un sándwich caliente… queda extremadamente bien. También me he aventurado un poco con las salsas, solo para decir que estoy conociendo. Y pican como el mejor ají verde con pepas de Chile. No me extraña que la gente de mi edad acá tenga problemas gástricos. De hecho todo el mundo lo asume y lo soluciona a punta de Pepto Bismol (una especie de sal de fruta).

La duda que me nace entonces es: ¿será sano comer todo con tanto ají? Aparentemente no. Es más, estoy empezando a sospechar que es adictivo, como todas las cosas nocivas de la vida. De hecho, con las tres semanas que llevo acá, mi tolerancia a lo picante ha aumentado… y eso que evito las salsas.

Pero por mucho que uno trate de evitarlo, no se puede. El maní no lo venden salado, lo venden picante. Las papas fritas o esas otras porquerías como los Cheetos, vienen en mucha variedad de sabores de salsa. Todas picantes por su puesto. Unas con ají y queso, otras ají y limón, y así.

No he querido aventurarme mucho con los chocolates y dulces, porque estoy más dispuesta a comer picante salado que con azúcar. Puede que sea puro prejuicio mío… pero miro un montón de chocolates desconocidos con nombres sospechosos y la verdad es que no me tiento para nada.

Bueno, esa es mi primera impresión de la comida mexicana. Se que he dejado afuera muchos detalles, como por ejemplo la infinidad de nombres que puede tener una tortilla dependiendo de su tamaño, forma, punto de cocción y aplicación… pero ese tipo de cosas se las explicaré cuando logre entenderlas mejor.

P.D.: He descubierto, muy a mi pesar, que también aliñan la fruta. Así que figúrense: sandía y melón con chile, limón y sal en la mañana… quien lo diría.

2 comentarios:

Lesliota dijo...

un amigo comentaba que los tres primeros meses en México se enfermo de la wata...
Después bajo de peso pq tomaba casi pura agua (no quería mas con lo picante) hasta que descubrio un lugar donde vendían pastas (chef italiano y todo eso) por lo que recupero el doble de los kilos...

aún así estoy antojada de mexicano...

saludos desde chilito,

Srta. Lepidóptera dijo...

La recomendación es la siguiente:
"Si te dicen que no es picante, es picante; si te dicen que es picante, no lo comas" XD